Como lo que hablamos el pasado domingo los que estuvimos en la tertulia me parece que fue mucho y muy interesante, y además resulta que viene a cuento de lo que estamos tratando ahora, os hago un pequeño resumen de lo que se dijo, no en el orden en que se dijo, sino por asuntos. Así, si todavía queréis viajar atrás en el tiempo, estáis a tiempo.
Algunos dijeron que se debía buscar un equilibrio, pero que, en último extremo, hay que dar más importancia (¿de la que se le da?) a los sentimientos.
¿Qué nos dice la psicología? Una asistente, que es psicopedagoga, afirmó que la psicología insiste en la importancia de los sentimientos. Hoy, lejos ya del mero conductismo y del cognitivismo, se impone la teoría de la “inteligencia emocional”. De hecho, encontramos a muchos alumnos que son muy inteligentes y capaces en matemáticas y otras materias, pero que son incapaces de relacionarse y de auto-gestión emocional. Ahora bien, se planteó, ¿no será que precisamente lo que falta en esa educación es una teoría racional de los valores? ¿Por qué hay que dejar este ámbito a los sentimientos? (Al hilo de esto se habló algo de educación: de si es igual que manipular, o en qué se diferencian.)
Algunos dijeron que dejar en manos de los sentimientos el valor de las cosas es muy peligroso, porque los sentimientos no distinguen entre bueno y malo, correcto e incorrecto. Tan emocionante y fuerte puede ser un deseo que consideramos perverso, como uno que consideramos respetable. Otros, en cambio, pensaban que los sentimientos no engañan, porque te dicen lo que te interesa en el presente.
¿Es, por ejemplo, nuestra sociedad capitalista un fruto de la razón o de los sentimientos? Algunos decían que es un fruto, lamentable, de la razón, que ha diseñado fría y técnicamente todo el engranaje, olvidando los sentimientos.
Otros, en cambio pensaban (o pensábamos) que en esta sociedad, aunque es verdad que se usa mucho el cálculo y la racionalización, sólo se hace al nivel de los medios, no de los fines que hay que perseguir, los cuales se dejan a cada uno, y acaban siendo, en su mayoría, la mera satisfacción de ciertos deseos básicos y poco educados.
Se recordó, al hilo de esto, el mito que Platón cuenta en el Protágoras: los dioses fabricaron a los animales, dotándolos de armas de defensa y ataque, menos a uno, para el que ya no quedaban herramientas. Zeus, entonces, se apiadó de este ser indefenso y le dio algo de su inteligencia y política, para que se defendiese del resto de los animales, y no se destruyese a sí mismo. Este mito presenta al conocimiento (y la política) como puramente instrumentales.
¿Para qué queremos pensar? ¿Qué pasaría si tuviésemos nuestros deseos satisfechos? ¿Querríamos conservar la razón? Freud pensaba que la conciencia sólo surge porque tenemos que aplazar la satisfacción de nuestras pulsiones. Algunos defendieron que la razón no es un mero instrumento de los deseos, y que tiene valor por sí misma.
Al hilo de esto se recordó otro mito, el de la expulsión del Paraíso. ¿No éramos felices (Adán y Eva) cuando no habíamos probado del conocimiento del bien y del mal? ¿No expresa ese relato mítico que el hombre perdió su inocencia cuando empezó a razonar? Alguno dijo que no, que éramos nosotros quienes habíamos expulsado a Dios del paraíso, y que somos semidioses por tener la razón. Otra persona exclamó: ¡Pues vaya mierda de paraíso!
Otro rato se discutió de la máquina de la felicidad o la droga perpetua. ¿Te tomarías una pastilla que te garantizase la felicidad para toda tu vida, independientemente de lo que pasase a tu alrededor? Alguna persona afirmó que se la tomaría. La mayoría dijo que no, que prefería sufrir pero ser consciente de la realidad. Se recordó que no piensan lo mismo los ratones que, cuando son estimulados sus centros de placer sexual, olvidan la comida y cualquier otra cosa, y llegan a morir sin apartarse de esa fuente de placer.
Volviendo al tema inicial, ¿no habría que hacer caso a los poetas (como Pessoa, o Cesare Pavese, entre muchos otros), y a pensadores como Nietzsche, que dicen que pensar no es vivir, sino un sustituto: que quien está viviendo no está pensando, y quien está pensando, “vive” en el pasado o en el futuro, pero no en el presente, que es donde únicamente, en verdad, se puede vivir?
Os copio, de regalo, un fragmento de un poema de Pessoa:
¿Metafísica? ¿Qué metafísica tienen aquellos árboles?
La de ser verdes y copudos y tener ramas,
Y la de dar fruto a su tiempo, lo que no nos hace pensar,
A nosotros, que no sabemos tomarlos en cuenta.
Pero ¿qué mejor metafísica que la suya,
Que es la de no saber para qué viven
Ni saber que no lo saben?
.....
El único sentido íntimo de las cosas
Es que no tienen ningún sentido íntimo.
Lo que soy cuando estoy siendo
Es lo que veo más claro
Y lo que menos entiendo
Se podrían encontrar cien mil ejemplos similares (no sólo entre poetas).
Y ¿qué razonamiento puede sustituir las emociones de una experiencia estética?
¿Tenéis algo que decir?
Hola!
ResponderEliminarComo ya he dicho en clase yo creo que lo más importante, y lo mejor que tenemos es la razón. Es lo que nos diferencia de los animales y si planteas tu vida desde un punto racional no tienes por que dejar de lado tus sentimientos. Los sentimientos sin la razón yo pienso que no nos sirven de nada, la vida sería un caos y seríamos animales. A partir de la razón intentamos satisfacer nuestros sentimientos pensando en lo que hacemos o vamos a hacer, pero hay que darle la vuelta, es decir, no mirar el final que es la satisfacción de ese deseo que tenias, sino, mirar el principio, ese planteamiento racional que creamos en nuestra mente valorando las posibilidades ventajas y desventajas que nos puede conllevar ese deseo. Sin embargo no porque la razón nos ayude a satisfacer nuestros deseos tiene que ser vista como un medio creo yo...por eso digo que hay que mirar el principio, donde la razón no es un medio, sino lo más importante que tenemos, lo único que es realmente nuestro.
Y en cuanto a la droga de la felicidad yo no me la tomaría, si no eres consciente de que estás siendo feliz no eres realmente feliz. Los niños pequeños son supuestamente felices y sin embargo yo no recuerdo la felicidad que sentía en esos momentos porque no era consciente como lo soy ahora. Si los momentos felices solo se pueden disfrutar en ese instante en el que suceden porque no puedes pensar en ellos porque no te has dado cuenta realmente, yo creo que ni siquiera eres feliz en ese momento porque sientes las cosas de manera fisica, pero psíquica?? no sientes nada que no eres capaz de pensar. De hecho cuando alguien nos hace daño o nos da una alegría(emocional) en el momento, en ese corto instante en el que no piensas casi nada no llegas a sentir ni la mitad de lo que sientes cuando lo piensas y reflexionas sobre ello.
Negrete debo decir que a pesar de lo que dije en la tertulia por paradojico que parezca nunca me habia emocionado tanto con algo que hubieras puesto en el blog como con la cancion de ojala, por ello como dije la razon no niega los sentimientos solo nos ayuda a controlarlos y conocerlos para poder disfrutarlos mejor.
ResponderEliminarAida,
ResponderEliminardices algo muy verdadero, creo yo, al intentar no poner el carro delante de los bueyes, que es lo que hace el hedonista o cualquier ética del interés. Tendrían que preguntarse por qué nos interesa algo, y el fin último debe ser desinteresado. ¿Por qué disfrutamos con los conocimientos? Que disfrutemos, como dices, puede entenderse como un efecto de su valor, no al revés.
En cuanto a lo de la felicidad y la conciencia. Aquí hay una paradoja: por un lado, parece indudable que, como dices, el que no es consciente de que está vivo, o de que es feliz, no está vivo n ies feliz. Pero, por otra parte, si está pensando en que es feliz ¿puede estarlo siendo a la vez? ¿No se disputarán en su cabeza el sentimiento de felicidad y la consciencia de estar siendo feliz?
Saludos!
Farra,
ResponderEliminarcreo que lo que dices, de haberte emocionado con una canción, no entra en contradicción con lo que dijiste en la tertulia (con tu racionalismo). ¿Ha habido algún filósofo más entusiasta que Platón? Sus textos son bellos (al menos, para muchos críticos literarios, y para algunas personas).
Pero ¿por qué nos emociona esa canción, y no el ruido? ¿Qué es su armonía, suy melodía, su ritmo? Pitágoras descubrió que eso se debe a que está hecha muy racionalmente, con proporciones muy simples.
Tus sentimientos estarían reflejando, medio inconscientemente, lo que nota tu razón al escuchar la canción.
Saludos
Hola,
ResponderEliminarla razon creo que es importante pero creo que en parte siempre intentamos ultilizar la razon para conseguir placer o un estado de bienestar.Sin los sentimientos seriamos unos robots.Pero si no ultilizamos la razon somos animales...que en parte lo somos pero animales racionales, necesitamos la razon dependemos de ella, solo con los sentimentos no pudieramos haber llegado al estado de bienestar que tenemos ahora.Creo que es un equilibrio pero con mas razon que sentimientos ya que sin la razon no hay sentimentos.
Pero creo que los sentimientos se pueden dividir en sentimientos malos o buenos,por ejemplo la pastilla de la felicidad, la felicidad es un sentimiento bueno.Nuestra razon nos dice que no deberiamos tomarla pero esto nos lleva a 'los sentimientos malos' que siguen siendo sentimientos, lo que quiero decir es que la razon siempre nos lleva a los sentimientos pero los buenos y los malos. A parte creo que los sentimientos malos nos ayudan a apreciar mas los sentimientos buenos.
Rebecca t.g Sheppard
Rebeca,
ResponderEliminarpor una parte dices que en parte siempre intentamos ultilizar la razon para conseguir placer o un estado de bienestar, lo que, parece que debe interpretarse como que la finalidad última es el bienestar o la felicidad, que es lo que dicen hedonistas, utilitaristas y todos los sentimentalistas en general.
Luego dices Creo que es un equilibrio pero con mas razon que sentimientos ya que sin la razon no hay sentimentos. En esto estarían de acuerdo también los sentimentalistas, siempre que se entienda que la razón (por mucho que haya que utilizarla) debe estar al servicio de la búsqueda del bienestar, porque ella (la razón) no puede, por sí misma, determinar qué es bueno ni malo, sino que lo determina el sentimiento, para el cuál, bueno es lo que gusta. La razón sólo puede indicarme cómo conseguir eso que gusta.
Pero dices que hay sentimientos buenos y malos. Ahora bien, ¿cómo podemos distinguirlos? ¿Cómo sabemos cuáles son malos? Deberían ser malos sólo los que nos disgustan, ¿no? En ese caso, todo lo que produce dolor es malo, como lo que produce felicidad es bueno, y nuestra tarea es escoger aquello que reporte la mayor cantidad de placer neta, hecha la cuenta de placeres y dolores que reporta (la "aritmética de los placeres" de la que hablaba el señor Jeremy Bentham).
Ahora bien, ¿por qué tenemos que identificar bueno con feliz? ¿Es "por definición"? ¿Hay que rechazar la felicidad si entra en conflicto con otras cosas? Por ejemplo, supongamos que la felicidad o bienestar se pudiese conseguir sólo anulando nuestra capacidad de hacernos preguntas, ¿habría que elegir la felicidad? ¿Por qué?
Saludos!
Hola!!
ResponderEliminarNo creo que habria que anular la razon porque creo que aunque muchas veces no lo vemos, la inteligencia nos trae la felecidad''los sentimientos buenos'' no podemos conseguir la felecidad verdadera( paz interior, amigos...) sin la razon.
Creo que los sentimientos buenos son la felicidad verdadera como ya a dicho arriba.Y los malos, los que nos producen dolor pero tambien los que nos producen una felicidad pero un dolor futuro(por ejemplo fumar)...
Rebecca t.g Sheppard
Rebeca,
ResponderEliminarestá muy bien que tengas el optimismo de que la inteligencia nos proporciona grandes felicidades, pero ¿por qué tendría que ser así necesariamente?
Ya entendí que crees que son buenos sentimientos los que producen felicidad o son tipos de felicidad, pero la pregunta que habría que hacer entonces, es ¿por qué es buena la felicidad? ¿Lo es por definición? ¿Es estúpido el que no idnetifique felicidad con bien?
Y, si no es uno tan optimista como tú (que crees que ser inteligente y justo te hará feliz), sino que acepta la posibilidad de que, siendo injusto o ignorante, consigas cierta gran felicidad (mayor que siendo justo o sabio) ¿por cuál crees que habría que inclinarse?
Si crees que esa posibilidad no existe, porque hay una conexión necesaria entre conocimiento y felicidad, o entre justicia y felicidad, ¿cómo puedes argumentar esa relación necesaria?
Saludos!