-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.

(Platón)



viernes, 4 de julio de 2014

Cavernisofía premiada


Juan Antonio.- ¡Hombre!, ¿de dónde vienes tan risueño? Y ¿qué es eso que llevas bajo el brazo?

Juan Antonio.- ¡Me alegro de que me hagas esa pregunta! ¡Vengo de recoger un premio!

J A.- ¿Un premio? ¿Qué premio? ¿Es que alguien se ha dado cuenta, al fin, de lo veloz que eres comiendo patatas?

JA.- No, es que un grupo de jóvenes amigos de la filosofía (y, por tanto, amigos míos… y tuyos incluso), una asociación de Málaga, que se llama FICUM, y que está presidida por un simpático muchacho, Alejandro Rojas, han considerado a este antro como un buen blog de divulgación de la cavernisofía, le han otorgado su premio anual y a nosotros nos ha nombrado miembro honorífico. Aquí puedes verlo.

JA.- ¡Enhorabuena! Y… ¿no vas a decir eso de que los verdaderos protagonistas son tus alumnos y alumnas, que tú solo te has limitado a contagiarte de sus ganas de preguntar y a dar un poco de juego a ese aliento, o alguna ñoñería parecida…?

JA.- ¡Claro, ahora mismo iba a decirlo! De hecho, quiero compartir con ellos (que sé que me están escuchando) este gran honor, ellos que año tras año vienen dejando aquí su huella luminosa para que no se apague la llama en la caverna.

JA.- ¡Muy bonito! ¿Y cómo han justificado premiar a esta caverna, habiendo tan excelentes ágoras por ahí?

JA.- Les parece una manera divertida de enseñar a filosofar y les han gustado los dialoguillos que invento, esos en que hablan entre sí los grandes filósofos… ¡así que también tengo que decir que el mérito es de ellos, de Platón y Nietzsche…!

JA.- Harás bien, porque sabes que tú no habrías escrito nada sin robárselo. ¿Pero sabes también que, si ellos pudieran personarse, quizás no fueran tan condescendientes con tus… monólogos en estéreo?

JA.- Sí, es verdad; y eso me reconcome a veces: ¿quién soy yo para usar sus enormes yoes?

(Una figura, como una sombra luminosa, sale del fondo)

Sombra luminosa 1, P de Atenas.- ¿¡Qué podría reprocharte yo, que me atreví a escribir por Sócrates, Gorgias, Protágoras y Parménides…!?

JA.- ¿Qué podrías decirme, estimado maestro?

JA.- Creo que era una pregunta retórica…

Sombra luminosa 1, P de Atenas.- Bien, puedo decirte que todos somos, en realidad, ficciones, y solo tenemos de realidad lo que pensamos. Tú mismo, que estás aquí, en esta segunda planta de esta caverna, hablando conmigo ahora… tú eres una mera ficción, una imagen, como lo es este ahora (que cada uno verá en un momento diferente) y este lugar. Alguien te está escribiendo, y se encarna o manifiesta a través de ti, mediante estos bits, alguien que nunca se presenta aquí en cuanto tal, ni podría hacerlo, porque no cabe en una imagen: es la Idea. Sin embargo, a la vez, eres tan real como lo que piensas, exactamente lo mismo que yo.

JA.- ¿Entonces, no me reprochas mucho haberte usado y abusado? ¿Te has sentido identificado con lo que he escrito de ti?

Sombra luminosa 1, P de Atenas.- Bien, eso lo dejaremos para otra ocasión…

JA.- Creo que no quiere echarte un jarro de agua fría precisamente ahora…

JA.- Es probable. ¡Gracias, amable consciencia! Pero déjame ser banal y disfruta conmigo de este honor que nos han hecho.

(Aparece otra sombra)

Sombra luminosa 2, don K de Köninsberg.- Quiero pensar que, con lo que has escrito de mí, no eres capaz de dejarte engatusar, y que sabes que las cosas deben hacerse por sí mismas. Aunque conozco demasiado la naturaleza humana como para no saber que todos podemos tener un móvil psicológico menos digno de respeto…

JA.- ¡Desde luego, admirado maestro!

JA.- ¡Sí, desde luego!, pero te refieres a la segunda parte de lo que ha dicho, ¿verdad?

(Otra sombra)

Sombra luminosa 3, D de Edimburgo.- (dirigiéndose a la Sombra 2) Con todos mis respetos por toda tu germanidad, querido Emmanuel, desde mi escocesidad y mi natural descreimiento, creo que no la conoces suficientemente (a la naturaleza humana, me refiero) con eso del “móvil desinteresado”. Este muchacho no ha podido ni debido evitar moverse, como todos los demás (incluido tú), por no otras “razones” (y fíjate en las comillas que pronuncio aquí) que el deseo de sentirse lo más a gusto posible: está claro que se lo pasa teta escribiéndonos y compartiéndolo con los demás. ¿Qué hay de malo en ello? (dirigiéndose a JA) Por cierto, a mí sí me ha satisfecho lo que has escrito de mí, y lo aprecio más sabiendo que te considera platónico. Eso sí, me habría gustado que me dedicases algún diálogo, como a Zenón, Heráclito, o estos de aquí.

JA.- (entre azorado y entusiasmado) ¡Eso está hecho, David! La verdad es que tengo que renovar un poco el material, y a ti no te he hechojusticia… menos todavía que a los otros, quiero decir.

(Aparece una nueva sombra)

Sombra luminosa 4, N Dionisos.- ¿Justicia?, ¿reconocimientos?, ¿honor?, ¡qué es lo que oigo hace un rato en esta caverna! ¿Se ha vuelto todo el mundo cuerdo? ¡Así no hay quien baile!

JA.- ¡Discúlpanos, maestro Dionisos!

JA.- Es que aquí el muchacho viene con un premio, y quiere que estemos todos contentos…

Sombra luminosa 4, N Dionisos.- ¡Con qué poco se contentan los pobres! Piensa que el verdadero premio está en el paraíso, o sea, cuando estés muerto. ¿Por qué no, mientras tanto, te dedicas a disfrutar de ese premio constante que es el Ahora?

JA.- ¡Tienes razón, maestro de la sinrazón, y ya lo intento! Pero, a veces, todavía me sorprendo pensando en el pasado y el futuro… lo siento.

Sombra luminosa 4, N Dionisos.- Por ser hoy un día luminoso te voy a perdonar que pidas perdón, ¡pero que no vuelva a ocurrir!

(Entra una nueva sombra)

Sombra luminosa 5, Karl el Sin-lugar.- Os he escuchado, y tengo que decirte, compañero, que espero que no te dejes corromper: sabes bien que el premio no es tuyo, sino de todos: porque tú no has hecho nada sin todo el soporte del resto de la sociedad, y porque, los que no han conseguido el premio, no es porque se lo hayan merecido menos, sino porque no han podido, por sus circunstancias tanto naturales y, sobre todo, sociales. Así que pon el premio en manos de la comunidad.

JA.- ¡Desde luego, maestro! Esa era mi intención… quiero decir, la intención de todos (perdón), Y te pido perdón también a ti por no haberte explotado en un diálogo.

(Varias sombras después)

JA.- Bueno, chicos, ahora que estáis todos, os quería pedir que diésemos juntos las gracias a FICUM por animarnos a seguir divirtiéndonos y pensando (lo que es decir dos veces lo mismo) aquí, en cavernisofía. ¿Invitamos a todo el mundo a que se sienta en su casa y nos diga su voz o su silencio cavernísofos?

(Se monta entre los asistentes un vivo debate acerca de si pensar es lo mismo que divertirse, y otras mil cosas más, todas ellas la misma en el fondo).

martes, 14 de enero de 2014

¿Es real el tiempo?

¿Quién puede hacerse esta pregunta… salvo un filósofo? Bueno, también algunos científicos (al menos cuando se ponen a filosofar) y otras personas…

Albert Einstein, el físico más famoso del siglo XX, cuya principal teoría tenía que ver con el tiempo, creía que el paso del tiempo no es algo real. ¿Por qué? Porque el tiempo es una línea geométrica (una dimensión), como las tres del espacio, y en esa línea del tiempo todos los acontecimientos están escritos, cada uno en su punto, desde siempre y para siempre. Si “viésemos” el universo desde fuera de esa dimensión llamada tiempo, si contemplásemos el todo tetradimensional del universo, veríamos todo estático.

¿Podemos “imaginar” eso? Supongamos un mundo de dos dimensiones, Planilandia. En él, cada ser, aunque tiene forma de figura, sólo ve líneas (no puede sacar los ojos del plano, para ver la figura). Entonces, para ver del todo a un amigo suyo, un planilandés tiene que dar la vuelta a su alrededor. Pero si, por arte de magia, saliese de su mundo bidimensional, y mirase desde arriba, vería que lo que él tuvo que recorrer a trozos, estaba todo a la vez. Algo parecido podría decirse de la “figura espacio-temporal” de cada uno de nosotros. Si saliésemos de nuestra cuarta dimensión (a una quinta) veríamos a cada ser, con toda su historia, en una figura estática.


El argumento moderno más sofisticado contra la realidad del tiempo, es el de un filósofo inglés llamado John McTaggart. Ahí va, para los que amáis comeros la cabeza (lo redacto en forma de diálogo ficticio, para que sea más “tragable”).

-¿Cómo es que llevas un tiempo diciendo, según me han dicho, que el tiempo no existe de verdad, que es una simple ilusión?

-Es que he leído cosas, como un argumento de un chiflado inglés, llamado McTaggart, y me ha descolocado del todo. ¿Quieres oírlo?


-Claro.


-Pues el buen hombre dice que pensamos en el tiempo usando dos series o formas de ordenar los hechos: Una es la de Anterior, Simultáneo y Posterior. El otro orden es el de Pasado, Presente, Futuro.


-No entiendo.


-Vamos a ver. Todo suceso es anterior a unos, posterior a otros y simultáneo a otros ¿no? Yo soy posterior a mis padres, simultáneo a ti y anterior a nuestros descendientes (si llegan, claro).


-Vale, sigue.
-Pues, según McTaggart (y creo que tiene toda la razón), a la serie Anterior-Simultáneo-Posterior no le afectada para nada el tiempo, porque si, por ejemplo, Egipto vino antes de Grecia, y Roma, después, eso siempre ha sido, es y será así. Podemos, si quieres, imaginar la historia como una exposición en la pared de un museo. Cada cuadro está en su lugar, siempre. Y cada cuadro siempre tiene el mismo cuadro a su izquierda y el mismo a su derecha. El orden de los cuadros no cambia porque yo pase de uno a otro.

-Si no los cambia el encargado, o el ladrón de cuadros…


-Déjate de coñas, la historia nunca va a cambiar. Aquí va la cuestión: ¿qué hace entonces que esté yo (y tú) AHORA, en esta época, y no en Egipto, por ejemplo?


-Pues muy fácil: que el siglo XXI es ahora presente, mientras que Egipto es pasado.


-Egipto es pasado ahora…

-Sí, claro. En el pasado fue presente, concretamente en su época.


-Eso dice McTaggart, que para intentar comprender el paso del tiempo tienes que usar la serie Presente-Pasado-Futuro, y esta no se puede igualar a la otra, porque la otra (la de Anterior-Simultáneo-Posterior), es intemporal.

-Vale ¿y…?

-Pues que tampoco esto tiene sentido, porque la misma cosa no puede ser pasado, presente y futuro.

-No, a la vez no, pero sí en momentos diferentes.

-Sí, pero ¿qué son los momentos diferentes? Cada momento tiene sus características, o sea, es un cuadro, y está en su sitio de la pared, sin moverse, siempre ahí. El siglo XXI, detrás del XX. Pero el presente, el que va camniando, no tiene ninguna característica propia…


-¿Te parece poco que sea el presente?

-O sea, que el presente es presente ahora porque es presente ahora. Pero ¿por qué? ¿Qué le hace tan especial, diferente a todos los tiempos que están congelados en la pared?

-¿No será porque es simultáneo a MI?


-No puede ser eso, porque el siglo XXI, y el día de hoy mismo, y esta misma hora, siempre va a ser simultáneo a ti (y a mí), y siempre lo ha sido. Igual que, por ejemplo, mi abuelo era simultáneo a Franco. Pero ellos no están ahora, y nosotros sí…, parece…
Siguiendo con la metáfora del museo, Yo, el que va mirando los cuadros, debo ocupar también mi lugar en la pared, en mi fecha correspondiente.

-¡Ya lo veo! Y... si digo que ahora es ahora porque yo estoy delante de mi cuadro, estoy diciendo otra vez la perogrullada de que yo soy simultáneo a mí mismo…

-¡Eso es! Las cosas simultáneas (como tú y yo) siempre lo seremos y lo hemos sido… Pero ¿por qué las vemos ahora? ¿Por qué estoy yo ahora presente? ¡Esto es sólo una ilusión! La realidad es intemporal.

-¡Qué rayante! Lo cierto es que no sé por qué ahora es ahora.

-O sea, que cuando vemos las cosas en el tiempo, las vemos como no son. El tiempo es sólo una forma nuestra, inadecuada, de ver las cosas, que en realidad no tienen tiempo.

-¡Bueno! ¡Tú dirás lo que quieras, pero algo hay de especial que hace que ahora sea ahora, y yo esté realmente en el presente, y no en el pasado! Hasta si me apuras, lo único que existe es el tiempo, porque ¿qué puedes tú ver o experimentar fuera del tiempo? ¿Te puedes salir del tiempo, para mirarlo desde fuera?

¿Qué te parece? ¿Es REAL el TIEMPO? ¿Qué es? ¿Cómo pasa?