-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.

(Platón)



martes, 25 de enero de 2011

De Dios

Empezamos con el tema (filosófico) de SI DIOS EXISTE. Os sugiero que, para “ir calentando” los músculos del espíritu o del cerebro, os hagáis algunas de las siguientes preguntas. (Podéis poner, en los comentarios, vuestras opiniones y sus argumentos):
  • ¿A quién o quienes le(s) corresponde más bien demostrar lo que afirma(n), al Teísta (que dice que existe Dios), al Ateo (que afirma que no existe ningún dios) o al Agnóstico (que dice que no tiene argumentos suficientes para afirmar lo uno ni lo otro)?
  • ¿Tiene sentido la pregunta de “por qué existe el mundo (el universo, la naturaleza, etc.)”?
  • ¿Puede darse una respuesta científico-natural a esta pregunta? 
  • ¿Puede dársele algún tipo de respuesta (o, al menos, intentarlo)? 
  • ¿Es suficiente respuesta explicar cómo comenzó el universo (el famoso big-bang)? 
  • ¿Es lógico pensar que “todo tiene una causa”, o que “de la nada, nada sale”? ¿Hay que aplicar este principio a todo, incluido el universo entero? 
  • ¿Se entiende el concepto de “un ser creador de todo”? ¿Qué significa “crear”? 
  • ¿Se entiende el concepto de “un ser absolutamente perfecto”? ¿Qué significa?
  • ¿Qué significa decir que algo "existe"?

 

sábado, 22 de enero de 2011

Tertulia: los prejuicios

Atendiendo a la sugerencia de una de las contertulias, os propongo que el día 30 de enero, domingo, a las seis de la tarde, hablemos de los prejuicios. Ella dice que ve a la gente con muchos prejuicios… ¿es verdad eso, o es sólo un prejuicio suyo?


¿Son malos los prejuicios? Desde luego, en el uso cotidiano la palabra tiene una carga negativa indudable. Y no sólo el uso, también lo que significa parece poco correcto: juzgar por adelantado (juzgar antes de ver, juzgar antes de poder juzgar). Pero, entonces, ¿por qué los tenemos y los hacemos? ¿Quizá sean muy beneficiosos para poder vivir? Al fin y al cabo, los padres y educadores en general, suelen intentar “crear hábitos”, es decir, conductas que no haya ni que pararse a pensarlas. Y la sociedad presiona a todos los individuos a que sigan determinadas pautas comunes, sin preguntarse todo el tiempo por qué debe ser así. ¿Son lo mismo los prejuicios que los hábitos y pautas (y los ritos)? ¿Se puede vivir sin prejuicios? ¿Por qué tememos a lo diferente y desconocido? ¿Cuáles son los peores prejuicios?

De estas y de todas las otras cuestiones que os parezca dialogaremos, si os apetece, el día 30, como habitualmente, en El Carro de Tespis.

viernes, 21 de enero de 2011

¿Azar inteligente o diseño estúpido?


Como el año pasado, éste también coincide que el profe de Ciencias para el mundo contemporáneo, Santiago, está tratando en clase el asunto del “Diseño Inteligente”, y que nosotros, en filosofía, estamos acabando con las cuestiones filosófico-naturales para pasar a tratar de los argumentos a favor y en contra de la existencia de Dios, uno de los cuales pretende inferir esa existencia a partir del “hecho” (si es que lo es) de que la naturaleza muestra un nivel tan alto de orden que es imposible (o sumamente improbable) atribuírselo al azar o a una necesidad ciega, querríamos plantearos conjuntamente (interdisciplinarmente) este debate.

¿Qué tiene de científico, qué de filosófico, qué de religioso y qué de político esta polémica?
¿Por qué creéis que causa tanto malestar en ciertos grupos la teoría de la evolución? ¿Rebaja al hombre?
¿Es incompatible el evolucionismo con la creencia (religiosa o filosófica) de un autor inteligente del universo? ¿Por qué?

Como material para la reflexión os resumo ideas que figuran en textos que Santiago me proporcionó el año pasado:

Un tal M. J. Behe defiende el diseño inteligente como teoría científica, contraria al darwinismo. Según Behe hay que creer científicamente en el diseño inteligente porque hay “complejidades irreducibles” en los seres vivos, o sea, mecanismos que no podrían haberse formado por pequeños cambios, pero que no pueden funcionar si no están completos. Pone el ejemplo de una trampa para cazar ratones. Y dice que hay ejemplos similares en la biología.

Le contesta un tal Kenneth R. Miller, diciendo que, precisamente su ejemplo (la trampa de ratones) muestra su error, porque “Elimina dos de las partes (el gatillo y la barra de metal) y puede que no tengas una trampa de ratones pero tienes una máquina de tres partes que hace un clip de corbata o un clip de papel perfectamente funcional. Quita el resorte y tienes un llavero de dos partes. El gatillo de algunas trampas puede ser usado como un anzuelo y la base de madera como un pisapapeles; aplicaciones útiles de las demás partes incluyen una gran variedad de cosas como mondadientes, cascanueces y tablillas sujetapapeles. El punto, entendido desde hace mucho tiempo por la ciencia, es que pedazos y piezas de las máquinas supuestamente irreduciblemente complejas pueden haber tenido diferentes (pero aún útiles) funciones”.
Y acaba diciendo:
“Si Behe desea sugerir que las complejidades de la naturaleza, la vida y el universo revelan un mundo de significado y propósito consistente con una inteligencia divina, su punto es filosófico, no científico. Incidentalmente, es un punto de vista filosófico que yo comparto. Sin embargo, para apoyar este punto de vista, uno no debe encontrar necesario pretender que sabemos menos de lo que realmente sabemos sobre la evolución de los sistemas de vida. En el análisis final, la hipótesis bioquímica del diseño inteligente fracasa, no porque la comunidad científica se cierre a ella, sino por la razón más básica de todas: porque está abrumadoramente contradicha por la evidencia científica”.

W. A. Dembski se queja de que sólo en la biología se excluya la teoría del diseño inteligente, y no así en la búsqueda, por ejemplo, de vida inteligente en otros planetas. Dice que tenemos unos criterios para saber cuándo algo es fruto del diseño:


“La inteligencia deja tras de sí una marca o señal característica, la cual yo llamo "complejidad especificada." Un evento exhibe complejidad especificada si es contingente y, por lo tanto, no necesario; si es complejo y, por lo tanto, no fácilmente repetible al azar; y si es especificado en el sentido de exhibir un patrón dado independientemente.”


Dembski piensa que las mutaciones darwinianas son incapaces de explicar la gran complejidad de la vida.

R. T. Pennock contesta que no puede definirse (científicamente) Diseño por simple oposición a azar y necesidad, porque ni se excluyen esos conceptos ni cubren todas las posibilidades. Hacen falta pruebas positivas.
El principal argumento de Dembski, a saber, que lo biológico, al aumentar la complejidad y la información, viola el principio físico de que crecimiento de la entropía, es erróneo porque esa ley vale para los sistemas cerrados, pero los organismos son sistemas abiertos, es decir, que toman energía del exterior.


Aparte, la teoría del diseño inteligente no da ningún detalle comprobable: ¿qué hizo el diseñador, y cuando?

Además, os adjunto enlaces a algunos vídeos sobre el tema (el último es la quinta y última parte de un documental más largo)





martes, 18 de enero de 2011

Evolución ¿de las especies?

Espelunca.- Oye, Antronia, tú que eres experta en esto, dime ¿crees que evolucionan las especies?

Antronia.- Claro que sí ¿ahora te enteras?

Espe.- No, si lo sé. Pero lo que me extraña es lo que parece dar a entender el enunciado típico de la teoría biológica (que yo acepto, claro): la evolución de las especies.

Antronia.- Así es. La vida apareció en la tierra en forma muy simple y se ha ido volviendo más compleja mediante dos factores principales, la mutación genética y la selección ambiental.

Espe.- Pero, bueno, pensándolo bien, esa teoría no puede significar literalmente que son las especies las que evolucionan, ¿no?

Antronia.- ¿Por qué no?

Espe.- Por ejemplo, no fue la especie Mamut la que evolucionó a Elefante, o cierta especie de reptil la que se convirtió en la especie de primer Ave, o el homo erectus el que se convirtió en homo sapiens… Lo que pasó, creo yo, es que nació, de madre Mamut, un individuo que no tenía las mismas características que su madre, lo que le mereció otro nombre, de otra especie.

Antronia.- Claro, ¿y qué quieres decir con eso?

Espe.- Los mamuts desaparecieron luego, pero la especie Mamut es la misma de siempre, no se convirtió en la especie Elefante. Si ahora, por clonación o como fuese, volviese a haber mamuts, pertenecerían a la misma especie. Date cuenta de que, si fuese la especie misma (Mamut, o Reptil, u Homo erectus) la que hubiese evolucionado, no habría que cambiarle el nombre, sería ella misma...

Antronia.- Bueno, sí, un mamut es un mamut, y un elefante es un elefante.

Espe.- Esto es lo mismo que decir que cuando un objeto pequeño se hace grande o un objeto frío se calienta, no son las especies Pequeño y Frío las que evolucionan a Grande o Caliente. ¿Estás de acuerdo?

Antronia.- Es raro, pero… sí, no tengo inconveniente en aceptar eso. ¿Y qué?

Espe.- Un profe mío decía que la teoría de la evolución iba directamente contra la teoría de Aristóteles, de que las especies son eternas. Pero yo no lo veo claro. Creo que lo que dice la teoría de la historia de la vida es que los elefantes no aparecieron hasta hace unos millones de años, debido a ciertas mutaciones genéticas, que determinan lo que es cada individuo, y a qué especie pertenece.

Antronia.- Eso es lo que dice la teoría, ni más ni menos.

Espe.- Pero esto no significa que sean las especies mismas las que cambien, sólo significa que en ciertos tiempos existen cosas de una especie y en otros tiempos, de otra. Si quisieran decir que Aristóteles se equivocaba al pensar que había habido elefantes desde siempre, estoy de acuerdo. Eso es una teoría científica. Pero algunos quieren sacar de aquí la teoría filosófica de que las Formas o Especies intemporales no existen, porque todo nace.

Antronia.- Bueno, si así te quedas más tranquila…

Espe.- Pero… si no son las especies las que evolucionan ¿qué es lo que cambia?

Antronia.- Los individuos.

Espe.- Tampoco, creo yo. Los individuos son especies en pequeño. Yo creo que es la materia, o la energía universal, de la que hablan los científicos, la que cambia, pasando de una forma a otra. No las propias formas. Por ejemplo, si pasa de haber dos a tres cosas, es la materia, no el dos o el tres, la que cambia. Entonces, digo yo, en cierto modo se puede decir que todo lo que está pasando estaba preescrito, y que lo único que hay de nuevo es que aparece.

Antronia.- ¿Cómo dices?

Espe.- Lo que quiero decir es que, el cambio de la materia, se debe a que “obedece”, como soléis decir los científicos, a las leyes de la naturaleza. Si las leyes del universo fuesen distintas, habría otros seres, o ninguno.

Antronia.- Desde luego, con muy poco que cambiasen las constantes universales.

Espe.- Así que hay las cosas que hay porque la materia o energía está regida por las leyes que tiene. Luego, en cierto modo, nada surge de la nada, nada es nuevo en sentido absoluto, sino que todo está predeterminado, como nos pasa a nosotros con nuestros genes.

Antronia.- Vale.

Espe.- Pero a veces utilizáis expresiones como que las cosas surgen por azar, o del caos… como si saliesen de la nada. Y esto me crea mucha confusión, y creo que a la gente y a vosotros mismos, también.

Antronia.- Puede ser.

Espe.- ¿Entonces crees que la teoría de la evolución de la materia entra en conflicto con la teoría de la universalidad de las especies o formas?

Antronia.- Puede que no, tendré que pensarlo más detenidamente.

Espe.- Otro día me gustaría que me dijeses que piensas de lo siguiente: ¿crees que entra en conflicto, la teoría de la evolución, con su azar de mutaciones y su selección, con la idea de que el mundo tiene algún propósito inteligente?

Antronia.- Muy bien, otro día. Pero todas esas cuestiones que tú planteas, Espe, yo, como científica, no me las suelo plantear, así que no esperes que las tenga muy claras.

¿Qué opinas tú?

lunes, 17 de enero de 2011

La esencia de la Vida (reedición)

Es difícil encontrar en un libro de ciencia un tema con el título ¿Qué es la vida? Lo normal es encontrarse cosas como El origen de la Vida, o, como mucho, De qué está hecha la vida. Qué es la Vida se supone que ya lo sabemos… Hasta que nos lo preguntamos, quizás.

Al menos, parece que todos somos capaces de distinguir a un ser vivo de uno inerte, a un animal o a una persona de una máquina... ¿no? ¡Hay alguna diferencia importante entre estar vivo y ser algo sin vida!

Supongamos (para que no nos influya la costumbre de aquí, de la Tierra) que viajas (por teletransportación) a un planeta muy muy muy lejano y diferente del nuestro. Si hay seres vivos allí, no pueden estar hechos de nuestros materiales. Te hemos encargado que, al llegar allí, catalogues los seres que existen en ese planeta, especialmente señalando si hay vivos (y, eventualmente, inteligentes).

¿Cómo lo distinguirías? ¿Qué criterios usarías para determinar qué seres son vivos? ¿Exigirías que tuvieran las mismas "funciones" que los seres vivos que nos son familiares aquí?

viernes, 7 de enero de 2011

Próxima tertulia: el control de la vida

El próximo domingo, 16 de Enero, a las 18.00 h, nos reuniremos para la primera tertulia de este año.

Propongo que discutamos esta vez (creo que todavía no había aparecido, como asunto central) de la “manipulación genética” (y con “manipulación” no quiero referirme a un sentido negativo, como cuando decimos “no intentes manipularme”, sino al sentido neutral de manejar). ¿Qué condiciones éticas habría que ponerle a la tecnología genética? ¿Es, por ejemplo, moralmente aceptable la poderosa eugenesia que nos podrá permitir en un futuro seguramente cercano?


Supón que eres una madre o un padre que puede decidir, gracias a los avances de la tecnología genética, que tu hijo nazca sin posibilidad de ser ciego, síndrome de Down, enfermo de leucemia, violento, hiperactivo y con altas probabilidades de fracasado escolar; o que puedas decidir que su vida vaya a ser el doble de larga que la tuya y con una salud (capacidad de moverse, sufrimiento, etc.) semejante o superior a la tuya durante toda esa vida, o que tenga una capacidad intelectual como la de un genio…

Supón ahora que eres ese hijo, una vez que sabes ya que tus padres tomaron la decisión de (o les fue o no les fue permitido) intervenir genéticamente para provocar todos o algunas de esas determinaciones genéticas…

¿Qué piensas que pensarías, en cada caso?

Supongamos que, manipulando genéticamente a plantas y animales se puede conseguir (como ya se hace) que sean más productivos (resistentes, eficientes en el consumo de energía), etc., de manera que, si fuesen utilizados correctamente, podrían acabar con el hambre en el mundo. ¿En qué condiciones es esto aceptable?

¿Tenemos derecho a “jugar a ser Dios”, como lo describen algunos, o a controlar y mejorar nuestras condiciones de vida, como dicen otros?

(Podéis informaros algo en vídeos como estos, que me sugiere Geni:

http://www.youtube.com/watch?v=aZ6IBGH0Yig&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=8XCsrAhg1Ps)
Os espero allí.