-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza.
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos.

(Platón)



miércoles, 16 de septiembre de 2009

Qué es la Filosofía II

Os copio ahora tres textos de tres filósofos. Los tres tienen en común ver a la filosofía como un conocimientos “superior” de alguna manera a los demás tipos de saber (especialmente la ciencia), aunque ven esa superioridad de formas diferentes.
El primero es Platón quien, en el texto que os copio, intenta distinguir dentro de los conocimientos racionales (el “segundo segmento” que dice el texto) al conocimiento racional puro (la filosofía o dialéctica) del conocimiento racional impuro (más o menos lo que hoy llamamos ‘ciencia’). El segundo es Aristóteles y el tercero, Heidegger, un filósofo alemán del siglo XX.

¿Podéis intentar

-resumir cada uno de los textos

-y señalar las diferencias entre ellos?


1. “Veamos ahora cómo debe dividirse el segundo segmento de lo inteligible. En dos partes, la primera, la de las cosas que no puede alcanzar el alma sino sirviéndose de los datos del mundo visible, partiendo de ciertas hipótesis, no para remontarse al principio, sino para descender a las conclusiones; mientras que para obtener la segunda va de las hipótesis hasta el principio independiente de toda hipótesis sin hacer ningún caso de las imágenes, y procediendo únicamente según las ideas, consideradas en sí mismas. O sea, que en el segundo segmento de lo inteligible sitúo aquello que alcanza la razón por sí misma, haciendo hipótesis que no considera como principios, sino como simples suposiciones, y que le sirven de grados o puntos de apoyo para elevarse hasta un primer principio independiente de toda hipótesis. Se apodera de este principio y, desde él, desciende hasta la última conclusión, pero sin apoyarse en nada sensible, sino sólo en Ideas puras”. [Platón, Rep. 6]



2. “Hay una ciencia que estudia el ser en cuanto ser y los accidentes propios del ser. Es diferente de todas las ciencias particulares, porque ninguna de ellas estudia en general el ser en cuanto ser, sino que tratan del ser desde cierto punto de vista. (...)
La Física es la ciencia de un género de seres determinados: se ocupa de la sustancia que posee en sí el principio de movimiento y el reposo. (...) La Física estudia seres inseparables de la materia, y que pueden ser puestos en movimiento. Algunos de los que trata la Matemática son inmóviles, pero inseparables quizás de la materia, mientras que la Ciencia Primera tiene por objeto lo independiente e Inmóvil. Todas las causas son necesariamente eternas, y las causas inmóviles e independientes lo son por excelencia, porque son las causas de los fenómenos del Cielo.
Por lo tanto hay tres ciencias teóricas, La Matemática, La Física y la Teología. En efecto, si Dios existe en alguna parte, es en la naturaleza inmóvil e independiente donde es preciso reconocerle. Además la ciencia por excelencia debe tener por objeto el ser por excelencia. Las ciencias teóricas están a la cabeza de las demás ciencias y esta de que hablamos está a la cabeza de las teóricas. [Aristóteles, Metafísica, libro 6]



3. ¿Por qué es en general el ente y no más bien la nada? Tal es la pregunta. Quizá no se trate, en modo alguno, de una interrogación cualquiera. “¿Por qué es en general el ente y no más bien la nada?” – he aquí como se manifiesta la primera de todas las preguntas. Por supuesto, no lo es en el orden de la sucesión temporal de las interrogaciones. El hombre individual (...) pregunta muchas cosas. (...) Y, sin embargo,... todos alguna vez, o, quizá, hasta con frecuencia, hemos sido rozados por su oculto poder, sin entender con precisión lo que nos ocurría. Emerge, por ejemplo, con motivo de alguna gran desesperación, cuando las cosas pierden todo su peso y se oscurece cualquier sentido. (...)
Con todo, es la primera en otro sentido, a saber, según la dignidad: (...)
Es la pregunta que llega más lejos. No se detiene ante ningún ente, cualquiera sea su especie. Los abarca a todos, y no sólo al que ahora está materialmente allí. (...)
No sólo es la pregunta más extensa, sino también la más profunda. ¿Por qué es en general el ente? ¿Por qué?, Es decir, ¿Cuál es su fundamento? ¿De qué fundamento viene el ente? Por tratarse del ente la pregunta no interroga a esto o aquello, la pregunta busca el fundamento del ente en cuanto ente. Buscar el fundamento significa profundizar.
En tanto la más extensa y la más profunda es, finalmente, la pregunta más originaria. En ella nos mantenemos lejísimos de todo ente en particular y en singular, o sea, en cuanto es este o aquel ente. Lo pensamos en su Totalidad, pero sin preferencia particular alguna. Sólo un ente se apremia de extraña manera y reiteradamente frente a tal pregunta: el hombre que la plantea. (...)
Esta pregunta es incomparable con respecto a cualquier otra. En la búsqueda tropieza con su propio por-qué. La pregunta “¿Por qué el Por-qué?” parece superficial. Pero la interrogación sólo surgirá cuando sacrifiquemos esta apariencia. (...)
La filosofía es una de las pocas posibilidades autónomas, creadoras y, a veces, necesarias, de la existencia histórico-humana. (...)
Filosofar consiste en preguntar por lo extraordinario. Puesto que esta pregunta provoca un rebote sobre él mismo, no sólo es extraordinario aquello que se pregunta, sino el preguntar mismo. El mismo Nietzsche dijo: “La filosofía... es la libre vida entre el hielo de las altas montañas”. Filosofar, podemos decir ahora, es el extra-ordinario preguntar por lo extra-ordinario.
[Heidegger: Introducción a la Metafísica. Cáp. 1, extractos]

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