Si escuchamos lo que nos dice la ciencia (al menos superficialmente) oiremos que los animales (y nosotros, con ellos) somos máquinas químicas de supervivencia ciega. Los poetas siempre se han quejado de que la ciencia rebaja las cosas cuando las estudia. Como hace poco hemos hablado también de la muerte, voy a proponeros mezclar todo eso. Leed este poema, de Antonio Colinas (pero preparad antes un pañuelo):
A nuestro perro, en su muerte
Es la última noche
y no es fácil dormir porque detrás del muro
intuimos tu muerte.
Así que he acabado por salir a buscarte
a tientas en la sombra
y en ella te he encontrado respirando
aún como una llama
(como llama en lucerna sin aceite).
Hoy, sobre todo, sentimos dolor
al pensar en lo mucho que nos diste
y en lo poco, tan poco, que te dimos.
Porque ha sido mucha la soledad que fuiste
llenando con tu clara soledad
y el diálogo sabio aquel de tu mirada
con mi mirada, de tus silencios
con mis silencios
en el centro del día.
Con cuánta lentitud, con qué dulzura
te vas, amigo mío, arrastrando
por el río de la sombra que es la noche,
por el río de estrellas que es la noche,
por el río de muerte que es la noche.
Y cómo calla ahora el jardín, y cómo calla
el bosque vaciado
de aquellos ruiseñores de junio
de los que tus ladridos nocturnos fueron luna.
Qué silencios tan negros y tan hondos
caen sobre esos dos ojos como estanques,
sobre esos ojos como hogueras negras.
Postrado en miserable rincón
fidelísimo aún,
no te mueves, nada haces cuando llego
para no inquietarnos.
Aunque el dolor penetra más y más en tu ser
tú callas, callas manso –todavía más manso-,
y en esa mansedumbre se propaga
tu fiel adiós.
No temas, no le ladres a la Sombra
esa que al alba llegará muy ciega
a arrancarte los ojos, la vida, en el límite.
Aunque quedamos tristes
porque no alcanzaremos a saber,
también sabemos que desde mañana,
como volcán de luz,
toda la isla ya será tu cuerpo.
Algunos dirán que Colinas humaniza demasiado al animal, lo considera una persona. ¿Debería, más bien, mecanizarlo, y con él a sí mismo...?
¿Creéis que pueden conjugarse la mirada del científico y la del poeta? ¿Cómo?
¿Cuál de esas miradas os parece “mejor”, que nos acerca más a la esencia del animal?
¿Cómo prefieres ver el mundo, como científico o como poeta?
La utilidad de lo verosimil
Hace 5 años